Hay dos números que describen la “creación” de la Atlántida, son el 864 y el 12. Con estos pueden calcularse otros tantos números. Si seguimos empleándolos en sus cálculos, arribamos a los 25.920 años, que es el período del zodíaco completo. Usted ya lo ha comprobado antes, pero ahora lo hará de manera diferente, para que sepa comprender la manera de razonar de los atlantes:
864/12=72
72/12=6
864 x 12= 10.368
864 x 6 = 5.184 = 72 x 72
864 x 12= 10.368
864 x 6 = 5.184 = 72 x 72
Con los números precedentes, se puede obtener un importante número para completar el código del zodíaco:
10.368/72=144
Hallamos este número varias veces en las construcciones egipcias, como también en cálculos posteriores.
144 es igual a 72 x 2, y 12 x 12.
Este número es especial; con cálculos posteriores obtenemos:
5.184/144=36
36/144=0,25
Con esto nos encontramos al final de nuestra historia:
10.368 x 0,25 = 2.592 =1/10 ciclo.
Con esto nos encontramos al final de nuestra historia:
10.368 x 0,25 = 2.592 =1/10 ciclo.
Ahora ya ha hecho un avance en cuanto a la manera de pensar de los atlantes. Debo admitir que me llevó meses comprenderlo, por lo tanto, no espere lograrlo así, en un solo intento.
De lo siguiente se puede entender que el ciclo tiene un periodo de 25.920 años:
36 corresponde a los 360 grados (círculo completo del zodíaco)
2.592 corresponde a 25.920 años = ciclo completo
La siguiente es otra evidencia adicional:
144 x 144 = 20.736
20.736 + 5.184 = 25.920
Los egipcios empleaban un ciclo de 25.920 años en sus cálculos. Pero la duración exacta al final es de 25.776. Puede estar seguro de que ellos también sabían esto que puede hallarse al comienzo de su era. Se trata de lo siguiente:
864 / 2.592 / 2.448 = cataclismos.
2.592 representa un ciclo zodiacal completo = 25.920 años
2.448 = ciclo del cataclismo
Al restar 2.448 de 2.592, obtenemos: 2.592 - 2.448 = 144 = 12 x 12. Entonces, el cuadrado de 12 tiene que ver con la solución. Por eso decidí hacer lo opuesto y dividí por 12:
2592/12=216
2448/12=204
(216 = es el código para el ciclo de precesión de la Atlántida)
Al restar estos resultados, ¡otra vez se obtiene doce! 216-204 = 12
(216 = es el código para el ciclo de precesión de la Atlántida)
Al restar estos resultados, ¡otra vez se obtiene doce! 216-204 = 12
El ciclo zodiacal para calcular el final, entonces, es el siguiente:
25.920 - 144 = 25.776.
Traducción: para obtener un ciclo correcto, debemos restar la diferencia entre ambos números del ciclo completo. Se demuestra que esto es válido en otros cálculos adicionales. Por lo tanto, yo utilicé el número 72 que ya había hallado. Al dividir los dos ciclos por 72, obtuve:
25.920/72=360
25.776/72=358
La diferencia arrojó el número dos: 360 - 358 = 2. Si multiplicamos los cocientes de estas dos divisiones, obtenemos: 358 x 360 = 128.880. Entonces, aún debía hacer algo con el número dos.
La diferencia arrojó el número dos: 360 - 358 = 2. Si multiplicamos los cocientes de estas dos divisiones, obtenemos: 358 x 360 = 128.880. Entonces, aún debía hacer algo con el número dos.
Una corta multiplicación me dio el resultado que estaba esperando:
128.880 x 2 = 257.760
257.760 ÷ 10 = 25.776
128.880 x 2 = 257.760
257.760 ÷ 10 = 25.776
Imagine mi asombro cuando me enteré de que existe una conexión entre los códigos de Venus y el ciclo egipcio de Sothis (Sirio). Estos descubrimientos estaban ocultos en el tiempo entre el cataclismo del año 21.312 a.C. y el 9.792 a.C. Si los resta, obtendrá 11.520 años.
El número representaba un lenguaje de símbolos que transmite acontecimientos del mundo real. Describe la historia, la astronomía, etc., sin el uso de un idioma destinado a los pueblos futuros como los nuestros. Al sumar o restar otro “número sacro”, hallaron otras cifras que hacen posible una posterior decodificación.
No es sorprendente que la elección del ciclo de Sirio haya confundido por más de tres siglos a los eruditos. Al estudiar la decodificación, verá cómo desarrollaron un sistema de claves increíblemente inteligente. Lo que esto demuestra es que los egipcios no querían que develaran el significado de sus ciclos, salvo aquel investigador que comprendiese la importancia astronómica de los números 1.460 y 1.461 del ciclo de Sothis (de la estrella Sirio).
La longitud correcta para un año solar es 365,2422 días, pero los mayas la estimaron en 365,242. Esto está sólo a 17,28 segundos del valor real. Como ya lo he afirmado, deben haber sabido que un año solar tiene 365,2422 días. Su cálculo sólo falla en 0,08 segundos del valor real, es decir, ¡una falla de 0,000000003%!
Conclusión: mi punto de partida fue que existe una conexión entre Venus y el tiempo entre los cataclismos anteriores. En mis cálculos, hallé similitudes entre el ciclo egipcio de Sirio y el ciclo de Venus. Puedo demostrar que esto es incuestionablemente cierto, por vía de la deducción. El tiempo entre los cataclismos anteriores es de 11.520 años (21.312 - 9.972 = 11.520).
Multiplíquelo por los días en un año:
11.520 x 365,25 = 4.207.680
11.520 x 365 = 4.204.800
11.520 x 360 = 4.147.200
Divídalo por el número sagrado 72 (en el año 21.312 a.C., la Tierra giró 72 grados en el zodíaco):
4.207.680 - 72 = 58.440
4.204.800 ÷ 72 = 58.400
4.147.200 ÷ 72 = 57.600
584 = al tiempo sinódico de Venus
576 = al número de Venus (ver el capítulo sobre el Códice Dresden). Venus desaparece ocho días después del Sol (584 - 8 = 576).
58.440 - 58.400 = 40
58.440 ÷ 40 = 1.461 = ciclo de Sirio
58.400 ÷ 40 = 1.460 = ciclo de Sirio
Un círculo completo tiene 360 grados: 72 + 288 = 360. Divídalo por 288:
4.207.680 ÷ 288 = 14.610
4.204.800 ÷ 288 = 14.600
1.460 y 1.461 = ¡ciclo egipcio de Sirio!
En el Códice Dresden, los mayas emplearon 365 días: 11.520 x 365 = 4.204.800.
Esto es:
584 x 7.200 = 4.204.800
576 x 7.300 = 4.204.800
Los mayas conocían el número correcto para Venus, es decir: 583,92:
7.200 x 583,92 = 4.204.224.
Reste esto del número hallado antes:
4.204.800 - 4.204.224 = 576 = número de Venus
Los mayas sabían que un año tiene 365,242 días, pero con esto se puede demostrar ¡que sabían que un año tiene 365,2422 días!
11.520 x 365,242 = 4.207.587,84 y 11.520 x 365,2422 = 4.207.590,144
Reste esto del número hallado antes:
4.207.590,144 - 4.204.224 = 3.366,144
4.207.587,84 - 4.204.224 = 3.363,84 = número maya calculado a partir de su año.
La diferencia es:
3.366,144 - 3.363,84 = 2.304
Divida esto:
3.366,144 ÷ 2.304 = 1.461 = ciclo de Sirio
3.363.84 ÷ 2.304 = 1.460 = ciclo de Sirio
3.366,144 ÷ 2.304 = 1.461 = ciclo de Sirio
3.363.84 ÷ 2.304 = 1.460 = ciclo de Sirio
Se puede demostrar que la decodificación es correcta, con el número maya:
3.363,84 ÷ 576 = ¡584!
Utilizando el mismo método, pueden decodificarse todos los calendarios mayas.
Aquí está la evidencia de la conexión entre el ciclo de la mancha solar y el corrimiento del zodíaco. El número 72 se recompone en la precesión: 72 x 360 = 25.920. Después de esto, muchos interrogantes fueron contestados rápidamente. Pronto vi la conexión con el número hallado en el ciclo del zodíaco. Cuando se resta 72 de 2.664, se obtiene el número de precesión, pero diez veces menor: 2.664 - 72 = 2.592. Hasta ahora, yo usé dos veces el número 72 y sólo una el 360. Me preguntaba si no habría otra conexión, y sí la había.
Haga la siguiente resta: 2.664 - 1.872 = 792
Dado que hallé un ciclo de precesión diez veces menor, multipliqué este número por 36: 792 x 36 = 28.512. Sé las tablas de multiplicar hasta 20 x 20, lo cual me ayudó a observar el código de otra manera. Cuando se resta el número de precesión de este número, se obtiene el número menor hallado previamente: 28.512 - 25.920 = 2.592. Esto es un décimo de ciclo. ¿Significa que los círculos producen un ciclo que es un diez por ciento más grande? Por cierto que sí; existe investigación que reconoce esta presunción. Cada 68.302 días, una mancha solar transita por su ciclo. En el Capítulo 15 hemos calculado el número de rotaciones de los campos magnéticos que lo utilizan. Cuando empleamos el método de resta incluido antes, se obtiene lo siguiente:
1.872 - 1.846 = 26
2.664 - 2.627 = 37
BIBLIOGRAFÍA
A continuación, detallamos la bibliografía seleccionada. Todos los datos tomados como referencia pueden hallarse en estos libros. Dada la excepcional importancia de esta obra, sólo se mencionan los libros relevantes, para que los lectores y los investigadores no pierdan su tiempo inútilmente.
Bauval, Robery Graham Hancock, Keeper of Génesis, Heinemann, 1997.
Berlitz, Charles, Atlantis, G.P. Putnam & Sons, Nueva York, 1984.
Cotterell, Maurice M. y Gilbert Adrián, The Mayan Prophecies, Element Books, 1995.
Félix, W. Robert, Not by Fire but by Ice, Sugarhouse Publishing, 2000.
Flem-Ath, Rand y Rose, When the Sky Fell, Weidenfeld, 1995.
Hancock, Graharn, Fingerprints of the Gods, Heinemann, 1995.
Hapgood, Charles, Maps of the Ancient Sea Kings, Adventures Unlimited Press, 1995.
Hapgood, Charles, The Path of the Pole, Adventures Unlimited Press, 1999.
Hoffer, Frank, Lost Americans, Nueva York, 1961.
Moore, Patrick, The Atlas of the Universe, Mitchell Bearly Ltd., 1970.
Morton Chris y Ceri Louise Thomas, The Mystery of the Crystal Skulls, Thorsons, 1979.
Poechan, Andre, L'Enigme de la Grande Pyramide, Laffont, 1971.
Sagan, Carl, Cosmos, Carl Sagan Producciones, 1980.
Slosman, Albert, Le grand cataclysme, Laffont, 1976.
Slosman, Albert, Le livre de l'au-delá de la vie, Baudouin, 1979.
West, John Anthony, Serpent in the Sky, Wildwood House, 1979.
Wilson. Colin, From Atlantis to the Sphinx, Virgin, 1996.
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